La fiebre se define como el aumento transitorio de la temperatura corporal y corresponde a una respuesta fisiológica de nuestro sistema inmunológico frente a un proceso inflamatorio, frecuentemente de origen infeccioso. En sí es una alerta y es importante hacer un seguimiento, sobre todo en el caso de los niños, que están más expuestos a cuadros virales, incluso durante las vacaciones de invierno que se inician en estos días.
"Al ver que la temperatura de un menor sube se debe observar su evolución, para detectar a tiempo los signos y síntomas de alarma, que nos pueden llevar a consultar en un servicio de urgencia pediátrico", explica Muriel Carrillo, pediatra de Clínica Bupa Reñaca.
Lo que hay que saber
De acuerdo a lo que señala la experta, hay que consultar en caso de:
● Fiebre por más de 48 a 72 horas.
● Temperatura persistente sobre 39º, que no baja con medicamentos.
● Rechazo alimentario o a beber líquidos (deshidratación).
● Extrema irritabilidad o somnolencia.
● Si tiene menos de tres meses y su temperatura supera los 39º.
● Si tiene 40º con cualquier edad.
● Si el niño tiene menos de un mes de vida.
● Dificultad para respirar.
● Color azulado en la piel.
● Convulsiones o inconsciencia.
Se considera fiebre desde los 38º axilar y 38,5º rectal. Si no existen antecedentes o no se dan situaciones como las descritas, el manejo puede hacerse desde el hogar, con un buen seguimiento de la enfermedad por los padres o cuidadores, una adecuada hidratación y administración de medicamentos que ayuden a bajar la temperatura. En este sentido, la doctora explica que los fármacos que en realidad no mejoran ni acortan la enfermedad, sino que solo ayudan a disminuir los síntomas asociados a la misma.
"En el contexto de alta circulación viral que se ha dado esta temporada, la recomendación es asistir a urgencias solo en casos justificados, por eso es importante saber cuándo ir y cuándo no es necesario", aclara la doctora Carrillo.
Otros consejos para bajar la fiebre
● Retirar ropa y dejar al menor lo más liviano posible.
● Propiciar un ambiente con temperatura neutra.
● Dar baños de tina tibios por 30 minutos.
● Usar paños tibios en cuello, axila e ingle, porque por allí pasan las arterias y venas gruesas (no paños en la frente ni el abdomen).