¡Me siento bajoneado! Es una expresión común entre las personas para comunicar que su estado de ánimo no está bien, sensación que se manifiesta a nivel mental y físico, signo de que algo perturbador nos está haciendo sufrir. Para poder definir cómo estamos anímicamente, es importante saber que un ánimo normal se define como “un estado en que una persona se siente tranquila, que las preocupaciones o tensiones están bajo control. Un ejemplo de esto puede ser que si tengo que pagar el dividendo y no me alcanza, soy capaz de encontrar salidas al problema, una de ellas puede ser postergar el pago u otra estrategia”, explica Martín Arcila, siquiatra Coordinador de Salud Mental de IntegraMédica.
Para reconocer si estamos viviendo situaciones que afectan nuestro ánimo y vida cotidiana, existen ciertas características que nos pueden ayudar a confirmar si tenemos un ánimo normal, las cuales son:
- Mi reacción emocional ante una situación es proporcional al problema o evento vital.
- Cuando reacciono, me preparo para resolver el problema.
- Mi reacción emocional tiene una duración proporcional al problema.
- Luego de reaccionar, mi ánimo vuelve al estado de normalidad.
- Frecuentemente mi reacción emocional está asociada a un problema.
¿Estado de ánimo o emoción?
Para definir qué tipo de ánimo estamos experimentando, positivo/agradable o negativo/desagradable, es importante saber identificar un estado de ánimo de una emoción, siendo la mayor diferencia entre ambos que el ánimo es duradero, prolongándose durante días o semanas. Sobre lo anterior, el siquiatra recomienda “siempre observar que el ánimo normal debe ser estable, que se regula luego de un evento que lo altera y mis reacciones deben ser proporcionales a los problemas que se viven”.
Aprender a controlar nuestro estado de ánimo y en especial las emociones es muy importante para la tranquilidad y estabilidad que necesitamos para desenvolvernos y convivir con los demás, por esta razón el especialista también recomienda observar cuando tenemos reacciones emocionales que nos impidan resolver adecuadamente un problema: “A veces una emoción se queda y no se regula hacia la normalidad. Por ejemplo: veo en la calle un auto que atropella un perro y este finalmente muere. Esto me hace sentir triste y pienso que los perros no tienen que estar abandonados en la calle. Pero pasan dos semanas y aun sigo triste, esa reacción dura más de lo esperado para el problema, una reacción emocional que era normal permanece en el tiempo y no logra regularse”.
¿Puede el invierno afectar mi ánimo?
En invierno el frío y la escasez de luz natural pueden afectar el estado de ánimo de algunas personas, sintiéndose abatidos o desanimados, afectando su ritmo de vida normal durante la estación invernal. Algunos de los síntomas más comunes de este trastorno afectivo, son sentirse abatido y cansado, estado de ánimo negativo que - si se prolonga por más de dos semanas - cambia de manera evidente el humor de las personas.
Otras reacciones nocivas que provoca este trastorno en el ánimo, es la limitación de las personas para realizar contactos sociales, sintiéndose solos y sin motivación por realizar actividades o hobbies. En algunos casos, las personas que ven afectado su ánimo en invierno pueden llegar a sentir molestias físicas como dolores de cabeza o estomacales, señales ante las cuales se recomienda consultar a un especialista.