Sabemos que la vida en pareja no es fácil y que, muchas veces, puede pasar por malos momentos. Sin embargo, el bienestar y felicidad del otro debería ser una premisa básica para que la relación tenga futuro. Por este motivo, es importante saber qué conductas están dentro de lo esperable y qué comportamientos deberían ser sinónimo de alarma de toxicidad.
"Las primeras señales de una relación tóxica incluyen conductas que hacen sentir mal al otro, como faltas de respeto, deshonestidad, control excesivo, agresiones verbales y/o físicas, falta de apoyo en situaciones importantes, celos excesivos y envidia por el éxito de la otra persona", explica Andrea Cid, psicóloga de IntegraMédica, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este 25 de noviembre.
Estas señales, se vuelven preocupantes cuando la sensación de infelicidad y estrés es permanente y ya no se disfruta el estar emparejado con el otro. "También hay que poner atención cuando la emoción principal durante la relación es el miedo. En ese caso ya deja de ser positivo estar en esa relación de pareja", añade la experta.
Para generar un cambio, lo principal es que al menos uno de los dos se dé cuenta. Según lo que explica la especialista, si ninguno lo nota, el cambio no será posible. Ambos tienen que aceptar que tienen responsabilidad en el conflicto y que no solo uno es el "culpable".
"Ahora, si ven que la situación antes descrita no la pueden manejar solos, deben acudir a un especialista. Y, en el caso de la mujer, si nota que no puede cortar una relación violenta, debe pedir ayuda externa, ya que es muy fácil quedarse en este tipo de relaciones, que buscan generar sentimientos de culpa", explica la psicóloga.
La especialista añade que esto puede darse especialmente en personalidades más sumisas, pasivas, o quienes hayan tenido experiencia de abandono emocional en la infancia, de parte de sus figuras protectoras. "Este tipo de personas deben tener especial cuidado de no entrar en un espiral tóxico en sus relaciones", argumenta.
En este contexto, la psicóloga recomienda no esperar a que los conflictos se superen "mágicamente", ya que eso no ocurre. "Hay que identificarlos y abordarlos, si queremos que la relación mejore y continúe, o bien, detectarlos para salir de ella antes de que siga haciendo daño. También es clave no sentir culpa por defenderse. Las personas debemos poner ante todo el bienestar psicológico propio como prioridad. Velar por nosotros mismos", sostiene la experta.