En invierno las bajas temperaturas y poca ventilación de espacios como casas, departamentos y salas de clases son factores que aumentan el contagio de virus como la influenza, el cual se transmite vía aérea, principalmente a través de la tos, secreción nasal y contacto de manos con objetos que comparten los niños a diario como juguetes, lápices o cubiertos.
Habitualmente la influenza (H1N1) afecta el aparato respiratorio, pero en algunas personas también puede provocar vómitos o diarrea, según indica Pedro Marinov, pediatra y Jefe de la Unidad de Pediatría de Clínica Bupa Antofagasta, quien además da a conocer los síntomas que ayudan a los padres a identificar un cuadro de influenza en niños:
- Fiebre alta: sobre 39.5 grados, por más 48 horas seguidas.
- Dolor de cabeza y muscular: el malestar es generalizado en todo el cuerpo.
- Tendencia al sueño: los niños experimentan una baja actividad y somnolencia.
- Tos, secreción nasal y flemas.
Actualmente la vacuna contra la influenza es considerada la alternativa más efectiva para prevenir su contagio, la cual es recomendada para “el grupo de riesgo, que son los niños prematuros, asmáticos, con bronquitis crónica, inmunodeficiencia y cardiopatías congénitas. A ellos se les debe vacunar anualmente, a partir del sexto mes. También se recomienda vacunar a niños sanos que viven con sus abuelos porque - aunque estos niños no pertenecen a los grupos de riesgo- pueden contagiar a sus abuelos, que sí lo son”, indica el pediatra.
Sobre el tratamiento de la influenza, el doctor comenta que es sintomático, para el cual se recetan antipiréticos y descongestionantes de las vías aéreas, además de dosis diarias de vitamina C (1 gramo diario). “Respecto a los fármacos antivirales, éstos se deben proporcionar solo para pacientes de alto riesgo, ya que, si se hace mal uso, el niño generará resistencia y después cuando realmente se requiera ese medicamento, no le surtirá efecto”, advierte el pediatra, agregando que el uso de antibióticos tampoco es recomendado para tratar la influenza, ya que los virus tienen un ciclo de vida y el organismo de los niños tiene la capacidad de combatirlos.
La detección de los síntomas y consulta médica oportuna son esenciales para prevenir el desarrollo de otras enfermedades, ya que una influenza no tratada puede provocar una sobreinfección bacteriana y neumonía, patologías que se tratan con antibióticos y que en casos graves provocan la hospitalización de un niño, sobre todo si es asmático.
¿Cómo evitar que otros niños de la casa se contagien?
La salud de los niños se puede fortalecer principalmente a través de una buena alimentación, vida sana y ejercicio. Para evitar el contagio de influenza a otros niños que convivan en un mismo espacio, el pediatra recomienda:
- Enseñarle al niño contagiado a taparse la boca al toser.
- Aislar los utensilios de cocina del niño contagiado, como vasos, cucharas y tenedores.
- Uso de mascarilla de las personas que tienen contacto con un niño con influenza, para prevenir su contagio.