Si la adolescencia es -de por sí- una etapa compleja, mucho más difícil puede llegar a ser si nos toca afrontar un desorden alimenticio. Por eso, es importante conocer de qué se tratan estos trastornos y estar atentos en caso de observar conductas anormales, para actuar de manera oportuna. Carolina Alston, psicóloga de IntegraMédica, nos cuenta todo en esta nota.
"Los trastornos de la conducta alimentaria se manifiestan, por lo general, en la adolescencia y los primeros años de la adultez. Los más comunes son la anorexia y la bulimia, pero también existen otros que pueden ir en función de restringir, evitar o purgar alimentos. La purgación viene como consecuencia de haber consumido algún alimento "restringido" por el paciente y aparece como conducta compensatoria. En todos los casos existe una relación poco saludable con la comida, donde no hay control ni manejo saludable de las conductas alimentarias, con presencia de pensamientos rumiantes negativos respecto del cuerpo y los alimentos", explica Carolina.
Señales y tratamientos
De acuerdo a lo que explica la experta, es importante detectar estos desórdenes a tiempo y para eso es necesario saber qué señales tienen asociados. "Habitualmente, se puede observar una evitación de situaciones que involucren comida; por ejemplo, separar la comida del plato al comer en la mesa con el resto de la familia; que recurrentemente él o la adolescente diga que ya comió; u observar conductas detox repetidas con el objetivo de bajar de peso. También pueden hacer observaciones negativas respecto de su talla, acompañado de una autovaloración negativa respecto del cuerpo", detalla.
En general, este tipo de trastornos se abordan con tratamientos multidisciplinarios, incluyendo el apoyo de psicólogos, psiquiatras, nutriólogos y cardiólogos si es necesario. "Adicionalmente, se requiere de apoyo constante de la familia, ya que la ayuda y contención de ellos es clave en este proceso de recuperación", cuenta Carolina Alston.
El valor de la comunicación
La psicóloga sostiene también que, desde el punto de vista de la prevención, es muy importante resguardar una buena comunicación con los adolescentes y preventivamente, psicoeducar desde la niñez. "En primer lugar, enseñar desde el hogar el valor que tiene el amor propio, el respeto por el cuerpo y su diversidad, comprendiendo que todos los cuerpos son diferentes; celebrar esas diferencias es necesario. Por ello, es necesario concientizar y visibilizar desde lo social la importancia que tiene el honrar el cuerpo mediante una relación sana y respetuosa con la alimentación", asegura la especialista.
Asimismo, agrega que los padres tienen la importante tarea de guiar lo que ven sus hijos e hijas en redes sociales, porque muchas veces admiran cuerpos "perfectos", irreales y retocados, lo cual hace que basen sus ideales corporales en torno a metas inalcanzables. "Es muy importante explicarles esto desde pequeños, derrumbando paradigmas en base a estereotipos ilusorios; la comunicación es clave", plantea la psicóloga de IntegraMédica.