Generalmente, las personas que padecen de algún tipo de diabetes sufren fallas a nivel orgánico en los procesos que realizan el páncreas al producir poca o nada de insulina, además de afectar el proceso de respuesta de las células a la insulina. Para conocer más acerca de esta enfermedad, a continuación la doctora Paulina Vignolo de IntegraMédica, detalla las características de diferentes tipos de diabetes y sus síntomas.
¿Qué tipo de diabetes existen?
Diabetes Mellitus: la diabetes Mellitus es un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por hiperglicemia, es decir, elevación de la glucosa (azúcar) en sangre.
Diabetes Mellitus tipo 1: se presenta con un déficit o carencia de insulina. Generalmente inicia a temprana edad (niños) aunque también puede presentarse en adultos jóvenes. En este tipo de los pacientes deben inyectarse insulina subcutáneas permanentemente para poder vivir.
Diabetes Mellitus tipo 2: esta es el más frecuente tipo de diabetes y se caracteriza por una resistencia a la acción de la insulina. Generalmente este tipo de diabetes comienza en la adultez y presenta buena respuesta a medicamentos orales inicialmente.
Diabetes Gestacional: se refiere a cualquier grado de intolerancia a la glucosa durante el embarazo. En la mayoría de los casos las pacientes con diabetes gestacional retornan a los valores normales de glucosa en la sangre, sin embargo hay casos en los que la diabetes persiste, por lo que es necesario controlarse las glicemias después del embarazo si presentó diabetes en éste.
¿Cómo prevenir y detectar su aparición?
El riesgo de padecer diabetes aumenta con la edad y el estilo de vida, por lo que es importante evitar la obesidad, falta de ejercicio físico y desórdenes alimentarios, además de controlar la presión arterial de manera regular, sobre todo si existen antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
Consulta a tu médico si identificas síntomas como:
- Aumento en la frecuencia de la orina (cama mojada en los niños).
- Sed excesiva.
- Hambre inusual y excesiva.
- Pérdida de peso sin mediar dieta.
- Debilidad y cansancio.
- Irritabilidad y cambios de ánimo.
- Sensación de malestar en el estómago y vómitos.
- Infecciones urinarias frecuentes.
- Infecciones vaginales o picazón vaginal frecuentes
- Visión borrosa o nublada.
- Cortaduras y rasguños que no curan, o que curan muy lentamente.
- Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.
- Altos niveles de azúcar en la sangre y en orina.