Si tomamos en cuenta que el cerebro está compuesto por un 90% de agua, la sangre de un 83%, la masa muscular de un 75% y los huesos de un 22% de líquido. Esto confirma lo importante que es para nuestro cuerpo estar hidratado sin importar la estación del año o actividad que realicemos.
Para lograrlo, el agua es el líquido más recomendado, por ser sano y cumplir el objetivo de hidratarnos. Otras fuentes ricas en agua, son algunas frutas o verduras, las que en combinación con abundantes vasos de agua, evitarán que el organismo llegue a estados de deshidratación.
La nutricionista de Clínica Bupa Reñaca, Isabel Silva indica que "quienes tienen más riesgo de deshidratación son los niños, ancianos, embarazadas, lactantes y deportistas". Lo más recomendable es ser constante en el consumo de agua, sin importar la época del año. Es muy importante no descuidar la ingesta de agua en los meses de otoño e invierno, variando los líquidos refrescantes, por infusiones calientes.
"Mantener el organismo hidratado tiene muchos beneficios que ayudan a evitar lesiones, sufrir golpes de calor, prevenir la retención de líquidos, apoya el proceso para diluir las sales minerales y ayuda a mejorar la circulación sanguínea", da a conocer la nutricionista.
Evita los efectos de la deshidratación
Cuando el organismo está deshidratado, pierde fuerza y resistencia muscular con facilidad, además de sufrir otros síntomas como:
- Se afecta el correcto funcionamiento del organismo.
- La persona pierde el apetito.
- Sufrimos malestar corporal y fatiga.
- Nos cuesta concentrarnos.
- Sentimos somnolencia.
- Tenemos mayor riesgo de caídas.
- Somos más propensos a infecciones del tracto urinario.
¿Cómo hidratarse?
Desde un té hasta un batido, son buenas fuentes de agua. Para lograr siempre mantenernos hidratados, la nutricionista de Clínica Bupa Reñaca, entrega 6 útiles tips:
- Beber abundante agua: Durante el día, el cuerpo pierde fácilmente agua a través del sudor y orina. Por esto, tenemos que reponer el agua perdida bebiendo un mínimo de 2 litros diarios.
- Tomar variedad de bebidas: Además de agua, podemos beber infusiones, refrescos, jugos, lácteos, bebidas vegetales, entre otros.
- Comer alimentos con agua: Beber agua no es la única forma de hidratarnos. Podemos proveer agua a nuestro cuerpo a través de frutas y vegetales.
- Moderar el consumo de alcohol: Las bebidas alcohólicas causan deshidratación, ya que tienen efecto diurético.
- Moderar el consumo de cafeína: También el consumo de café, té y bebidas gaseosas, ya que su ingesta puede resecar el organismo.
- Disminuir el consumo de sal: Además de provocar mucha sed, el exceso de sal puede provocar hipertensión y problemas cardíacos.
• Aparecen enfermedades dentales.