Todas las personas producen cerumen en mayor o menor cantidad, de diferente textura o color, sustancia que se aloja en el tercio externo del conducto auditivo, con el objetivo de proteger el oído de infecciones o agentes externos que pueden causar enfermedades auditivas. Lamentablemente muchos improvisan al momento de limpiar sus oídos, introduciendo objetos como pinches, tapas de lápices o cotones de algodón, pudiendo causar heridas y empujándolo hacia el interior del canal auditivo.
“No es recomendable limpiar el oído día a día, porque el oído estaría constantemente sin protección ante bacterias y se podría infectar. Un consejo para limpiar de manera correcta es que con la punta de la toalla, después de ducharse, limpiar por fuera el cerumen, siempre externamente”, recomienda Óscar Meneses, médico general de Clínica Bupa Antofagasta.
Sobre la acumulación exagerada de cerumen, el médico indica que no produce mayores síntomas, a menos que esté produciendo un tapón y haga que la persona escuche menos: “Cuando hay infección, habrá dolor. Ese será su principal síntoma, al igual si hay pus o secreción. Ante estos signos es recomendable consultar a un médico”, comenta Meneses.
¿Por qué no se recomienda el uso de hisopos de algodón?
Los hisopos o cotones de algodón no son muy recomendables, ya que pueden ayudar a arrastrar el cerumen hacia el exterior de la oreja, como también pueden hacer el efecto inverso, empujándolo hacia atrás, formando un “tapón” de cerumen en la parte interior del oído.
Introducir cotones de algodón es riesgoso para la salud auditiva, sobre todo espacios como la ducha o cuando una persona camina, ya que puede “hacer un movimiento brusco con el cotonito en el oído, lesionando el tímpano o el conducto auditivo, acción que puede provocar un trauma auditivo”, explica el médico, agregando que “si una persona sospecha que tiene un tapón, es mejor ir al otorrinolaringólogo para que le realicen un lavado de oído”.