Durante esta temporada, muchos niños disfrutan pasando el calor con un refrescante piquero en la piscina o un chapuzón en el mar. Sin embargo, esta época también conlleva un aumento de otitis, generada por la exposición prolongada del oído al agua.
"Podemos ver un alza en la frecuencia de infecciones del conducto auditivo externo en niños, llamadas otitis externas, las cuales pueden ser de origen bacteriano o por hongos. Por lo mismo, es recomendable que después del baño, ya sea en playa o piscina, se les seque adecuadamente el oído por el exterior, lo cual puede ser realizado con una toalla o paño seco", explica Pablo Cabello, otorrinolaringólogo de Clínica Bupa Santiago.
Según el especialista, lo más importante es nunca introducir nada por el conducto, como cotonitos o papel, por ejemplo, ya que puede generar lesiones o favorecer infecciones. "Es importante aclarar que el cerumen no es suciedad, sino que es una barrera de defensa secretada por la piel del oído que tiene propiedades antibacterianas y que permite mantener la delicada piel del conducto auditivo externo lubricada y protegida. El oído tiene un mecanismo de autolimpieza mediante el cual expulsa el exceso de cerumen y restos de piel descamada normalmente, por lo que para su limpieza basta con limpiar en la entrada del conducto con una toalla o paño seco, por ejemplo, después de la ducha, y solo hasta donde el dedo de la mano permita llegar", sostiene.
El uso de cotonitos solo logrará introducir el cerumen hacia el interior, generando tapones y riesgo de lesiones graves como una perforación timpánica, la cual puede tener consecuencias sobre la audición e incluso requerir cirugía para su reparación.
Cuándo consultar
Según detalla el doctor Cabello, siempre es importante consultar en caso de dolor del oído persistente o si existe la salida de secreción purulenta por el conducto auditivo, especialmente si se asocia a fiebre. También en caso de que haya una disminución de la audición persistente de un oído en relación a la exposición al agua, ya que puede ser un tapón de cerumen que esté ocluyendo y deba ser retirado por el otorrinolaringólogo.