El rol de las vitaminas en las cirugías bariátricas

Te invitamos a conocer cuáles son las fundamentales de suplementar en la pérdida de nutrientes luego de este tipo de intervenciones y por qué es fundamental hacerlo.

    Natalia Aybar
    Contenido validado por Natalia Aybar Médico en Obesidad y Nutrición de Clínica Bupa Santiago.

Los beneficios de las cirugías bariátricas, como manga o bypass gástrico, son muchos. Según los especialistas, se logra una importante baja de peso y con eso un mejor control de las enfermedades asociadas a la obesidad . Asimismo, los pacientes logran recuperación en la sensación de bienestar físico y emocional, permitiéndoles mayor movilidad y tener una mejor expectativa y calidad de vida.

“Sin embargo, tanto la manga como el bypass gástrico están asociados a una alteración de la anatomía del sistema gastrointestinal. Se genera una disminución en la absorción de ciertos nutrientes y eso es para toda la vida, porque ese tejido no se va a regenerar, ni tampoco se va a recuperar su función absortiva. Además, el vaciamiento gástrico es más rápido por lo que, en conjunto, estos cambios dificultan la mantención de ciertos niveles de vitaminas y nutrientes en un rango aceptable”, explica la doctora Natalia Aybar, médico en Obesidad y Nutrición de Clínica Bupa Santiago.

Según la especialista, tanto la disminución en la absorción de vitaminas como los requerimientos que tendrán los pacientes posteriores al procedimiento se pueden tratar y estudiar de manera previa, por lo que es posible hacer un tratamiento individualizado antes de la cirugía, de buena parte de lo que se va a perder, y luego, indicar una suplementación permanente. 

Entre las principales vitaminas que se recetan, están un multivitamínico estándar, un suplemento de calcio con vitamina D y vitamina B12, que generalmente es inyectable. “Además de prevenir y de evitar el rebote de peso, el médico tiene que preocuparse que el paciente no tenga una osteoporosis a edad temprana ni anemia si está en edad fértil. Por eso, es fundamental que los pacientes se mantengan en control durante toda su vida, ya que el riesgo de este eventual déficit lo tendrán para siempre”, explica la Dra. 

De acuerdo a lo que explica la doctora Aybar, los controles son más seguidos luego de la cirugía, pero después ya se van distanciando en el tiempo. “En términos generales, estos niveles se chequean en el preoperatorio, luego al tercer mes, al sexto mes y, después, al año de la cirugía. Luego se hace una o dos veces por año como máximo”, añade.