Alimentación y cansancio: cómo influye lo que comemos

Los niveles de energía de nuestro cuerpo están directamente relacionados con lo que ingerimos, por eso, es importante escogerlos bien. Yael Toporowicz, nutricionista de IntegraMédica, explica qué preferir y qué evitar a la hora de alimentarnos.

¿Cansancio, fatiga o falta de ánimo? Todos estos síntomas podrían estar relacionados con una alimentación deficiente y baja en nutrientes. Y es que todo lo que comemos influye en los niveles de energía que obtiene nuestro cuerpo para funcionar, por lo que es clave elegir bien.

"Son los alimentos los que van entregándonos energía para que nuestro organismo funcione correctamente y podamos realizar nuestras actividades cotidianas de forma eficiente. Si pudiésemos hacer una relación, es como el combustible que le ponemos a un auto para que funcione", explica Yael Toporowicz, nutricionista de IntegraMédica.

Según la experta, si no le entregamos al cuerpo los nutrientes que necesita, es común experimentar sensaciones de cansancio o fatiga, lo que hará tener un mal rendimiento en las actividades, sobre todo si se realiza actividad física o ejercicio de forma habitual.

Qué sí y qué no para una buena dieta

"Cuando se habla de alimentación y buen estado de salud, la dieta que más evidencia científica tiene a su favor es la mediterránea, la cual incluye principalmente frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, y el uso del aceite de oliva como fuente de grasa, consumo de pescados y lácteos fermentados (como el yogurt). Además, se limita el consumo de carnes procesadas como los embutidos", explica la especialista.

Asimismo, los alimentos que definitivamente hay que evitar para lograr buenos niveles de energía son aquellos con grandes cantidades de azúcar refinada, como bebidas, dulces y pasteles, ya que harán que el cuerpo deba absorberlos y metabolizarlos rápidamente. "Luego de haberlos consumido, podría generar una sensación de cansancio o baja de energía. También se recomienda alejarse de las frituras, alimentos ricos en sodio y todos los que son altos en grasas saturadas", añade la nutricionista.

El rol de la hidratación

En este contexto, la especialista añade que el agua es fundamental para un sinnúmero de funciones en nuestro organismo, incluyendo el proceso de obtención de energía mediante la oxidación de grasas en la mitocondria de las células.

"Es decir, necesitamos agua para poder producir energía a partir de las grasas. Por eso, también es muy importante mantener un buen nivel de hidratación, de al menos 6-8 vasos de agua al día. Podemos incluir bebidas calientes como té, café, o infusiones en invierno, para optimizar el nivel de hidratación e idealmente consumirlos sin azúcar", explica Yael Toporowicz.